Conocer la audiencia, el primer paso para establecer el campo de acción comunicacional

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Las Relaciones Públicas son vitales para la proyección de la imagen y la conexión que las empresas deben tener con su público y las nuevas audiencias. Su principal valor consiste en que contribuye a la organización a construir una buena reputación con cada uno de sus aliados de negocio: clientes, inversionistas, socios, comunidad, proveedores, colaboradores y demás stakeholders.

Si una institución proyecta una buena imagen, su reputación se irá consolidando cada vez más, ganará credibilidad y le será más fácil alcanzar sus objetivos. Por ello, antes de establecer una estrategia de comunicación, es indispensable conocer a la audiencia a la cual se dirigirá el mensaje y cuál será la mejor manera de hacerlo llegar.

Clasificación de las Relaciones Públicas

De acuerdo al público al que se dirigen, se dividen en dos: Relaciones Públicas Internas y Relaciones Públicas Externas.

  • Relaciones Públicas Internas: son aquellas que tienen como misión comunicar y afianzar la imagen de la organización con sus colaboradores; además de sus políticas a nivel institucional, el reglamento interno, y todo lo concerniente a valores corporativos y objetivos a corto, mediano y largo plazo.
  • Relaciones Públicas externas: sus acciones se enfocan en dar a conocer la imagen, los valores, la filosofía y objetivos de la empresa hacia los stakeholders con quienes la empresa se relaciona, directa e indirectamente y que influyen en la creación y consolidación reputacional de la empresa.  En este sentido, la estrategia de comunicación abarca otras empresas, medios de comunicación y público en general y también se pueden clasificar en 4 áreas específicas:
    1. Empresariales: buscan establecer un canal de comunicación y diálogo con otras organizaciones. Por lo regular, aquí se realizan acciones en conjunto a otras empresas para generar acciones que beneficien a las partes involucradas y que permitan fortalecer su imagen.
    2. Institucionales: estas se realizan en alianza con otras instituciones, públicas o privadas, en búsqueda de llevar a cabo un proyecto en común. Han adquirido mucha relevancia en pos de una relación directa y positiva, periódica y estable, con demás compañías que tienen influencia en el sector donde se desarrolla la empresa y, sobre todo, para conseguir objetivos. 
    3. Políticas: este tipo de Relaciones Públicas se desarrollan con los partidos políticos, instituciones gubernamentales y otras dependencias de Estado. Para ello se utilizan estrategias específicas de cabildeo o lobbying y el manejo de los medios de comunicación, suele ser de mucho cuidado debido al alcance y repercusión en la comunicación que estos pueden ejercer.
    4. Personales: buscan crear una buena imagen y se enfocan en la reputación de una persona, creando todo un concepto de comunicación alrededor de ella. En la estrategia a implementar, el centro de atención se basa en la imagen que una persona en particular desea proyectarle a los demás. Generalmente, se asocian a acciones altruistas, actividades que den visibilidad y que proyecten la principal esencia de sí mismo (personal branding).

Según Jessica Almendaraz, maestra de medios digitales, “las Relaciones Públicas van de la mano con los departamentos de comunicación, mercadeo e incluso la misma gerencia general de las empresas para poder implementar sus acciones en beneficio de estas y mejorar la imagen de cualquier marca o individuo”.

Por tanto, la correcta gestión de las Relaciones Públicas en una organización marcará el rumbo para alcanzar la buena reputación y manejo de imagen de la empresa, desde la perspectiva de cada uno de los actores con quienes interactúa e impacta, ya sea de manera directa o indirecta.